Elementos de titulación

 


ELEMENTOS DE TITULACIÓN


Además de las noticias, crónicas, entrevistas, editoriales y notas de opinión y de investigación, los diarios y revistas están compuestos por textos de otra naturaleza: los elementos de titulación. Cada uno de estos elementos tiene lógicas propias que dependen de su carácter particular e intrínseco y/o de las características del medio (con sus intereses y sus subjetividades).

  Una de las funciones principales de los elementos de titulación es poner de relieve determinados datos o claves de las noticias y/o textos de otros géneros que componen la publicación. Esta puesta en relieve es a partir de las propias lógicas de los elementos pero, también, de su ubicación gráfica en las páginas y del destaque a partir de cuerpos de letra mayores, que constituyen entre sí mismos un sistema de jerarquización.

  En combinación con fotografías, avisos publicitarios, cajas, cuadros e infografías, los elementos de titulación configuran, también, la estética y composición gráfica del medio. El conjunto de estos recursos, a la vez, compone lo que en un medio gráfico se llama “primera línea de lectura”: es lo que “salta a la vista”, del lector, los elementos por los que el lector “entra” al medio o a las páginas.

  La redacción y puesta en medida de los elementos de titulación son responsabilidad de los editores. Hay varias razones, sin embargo, para que un periodista se ocupe de escribirlos. Iniciativa propia, por  ejemplo. O, directamente, falta de editor (en medios pequeños o medianos, muchas veces, es necesario cumplir más de una función). Tras la diagramación de las páginas, queda establecido cuántas líneas y caracteres tendrá cada elemento de titulación y, de acuerdo a estas dimensiones, “medidas de caja”, se escribirán los textos correspondientes.

  Estas lógicas de jerarquización que implican los titulares funcionan de cara al texto al que refieren, pero también a los textos entre sí. Así, lo más relevante de una edición irá destacado en la tapa, que suele tener, además, alguna noticia destacada por sobre las otras en materia de espacio, ilustración y recursos de titulación empleados. Del mismo modo, ya páginas adentro, cada sección suele iniciarse con el texto más importante de esa sección, al que se le destinará mayor cantidad de recursos y espacio.
   
  A continuación, algunas explicaciones y lógicas de funcionamiento de estos recursos.


TÍTULOS
  El título es el nombre de la nota y, tipográficamente, es lo que más resalta de entre los elementos de titulación. Procura sintetizar lo que se informa o lo que se trata en el texto (la síntesis puede ser una frase, también). Alude a “la idea principal” del texto; es “su imagen”. También procura llamar la atención del lector, pero esto no implica venderle cualquier bolazo que, tras la lectura del texto, conduzca al desengaño. Suele hacer hincapié en lo novedoso y procura ser original. En general no son demasiado extensos: es que ser demasiado extenso, aquí, es ir contra la idea de síntesis. En su manual de estilo el diario El país de España estipula un máximo de 13 palabras.

  Históricamente, los títulos evolucionaron de simples rótulos temáticos, que enunciaban de qué trataría el texto, hacia un contenido informativo que busca atraer la atención del lector y resumir en pocas palabras lo central de la noticia u otros géneros. La multiplicación de los medios, el aumento del caudal de información y también la velocidad de transmisión jugó un papel en esa evolución y sigue, cada vez más vertiginosamente, produciendo cambios en el modo de titular. Tiene lógica: de pocos diarios a muchísimos, de una entrega diaria (el matutino en el kiosco) a la constante renovación de los portales de internet de los mismos diarios. En esta “competencia”, entonces, la búsqueda de originalidad de enfoque pretende en el medio gráfico contrarrestar la instantaneidad de sus competidores (y aquí puede agregarse la radio y la tevé). Algo así como decir: “Ellos lo dieron al toque, pero nosotros pensamos con más tiempo, miramos mejor, y lo anunciamos desde otro lado. (Y esto se extiende a la naturaleza de los textos, también).

  Así como cada vez es más difusa la frontera o las reglas entre los propios géneros, también resulta más difícil distinguir entre los modelos básicos de titulación. Un par de categorías, apenas, a riesgo de ser groseramente esquemático: hay periódicos “serios”, que apelan a títulos más largos e informativos, que no abusan del “impacto” y buscan corrección sintáctica; y hay periódicos “populares”, que prefieren títulos cortos, “imaginativos” (está difícil muchas veces distinguir del chiste fácil), contundentes, de explosión. Esta clasificación, por otra parte, varía en algunos medios entre una sección y otra: diarios que son solemnes en política y economía y jodones en espectáculos y  deportes.

  Hay, además, algunas clasificaciones de títulos. Están los “expresivos”, que aluden a hechos que se presuponen conocidos “Argentina es de oro” (ante algún campeonato ganado); están los “apelativos”,  condimentados con adjetivos tremendistas y/o espamentosos; están los “temáticos”, que no aluden a lo noticioso en sí pero sirven para encarar artículos, editoriales, columnas de opinión; y están los “informativos”, que explican la noticia y su relación con el contexto y la actualidad.


VOLANTA
   Es una línea que se ubica por encima del título y lo complementa, agregándole información y/ o dándole contexto. En un título que apele a una declaración textual de un entrevistado, por ejemplo, puede sumarle el nombre del protagonista y el marco en el que fue dicha la cita. A veces es, apenas, una o dos palabras, que ubica temática, temporal o geográficamente. Como se complementa con el título, no repite palabras significativas ya utilizadas en esa instancia.


BAJADA
   Se ubica por debajo del título y cumple la función de empezar a desarrollar lo anunciado en título y bajada y, también, anticipar otros aspectos relevantes del texto que hayan quedado fuera de aquella primera instancia. Su extensión varía; casi nunca es una línea y por lo general anda entre dos y cuatro, pero abundan los casos en los que se extiende a muchas líneas más, pongamos diez, doce. Esta extensión suele variar de acuerdo a la importancia que al texto se le de en cuanto a espacio y desarrollo. En algunos casos son oraciones cortas, tres o cuatro frases que sintetizan el contenido del texto; en otros se trata de textos más redactados que cumplen la misma función. Varía, ahí, el tono: el primero más “telegráfico”, el segundo más “contado”.


EPÍGRAFES
   Es el texto que acompaña a fotografías, mapas, cuadros y otros elementos ilustrativos/informativos gráficos. Sirve, el epígrafe, para vincular a estos materiales con la noticia o la crónica o lo que sea. Suelen tener una línea (aunque a veces haya un par, y más excepcionalmente tres o cuatro). Suelen tener, también, una sola oración. Sirven para agregar información o rescatar, poner en relieve, alguna del texto. En algunos casos, un epígrafe es común a tres o cuatro fotografías. En general, como pautas, los epígrafes no deben repetir lo ya dicho en título, volanta y bajada; tampoco deben ser obvios ni ponerse a contar lo que la imagen, por sí misma, cuenta ya muy bien sin palabras.


DESTACADOS
   Es otro recurso para destacar información. Con una tipografía más grande, en general se ubican intercalados entre las columnas de texto (aunque en algunos casos se colocan al margen, de acuerdo a criterios de composición gráfica). El destacado es un tramo del texto que se estima importante y se busca poner en relieve.


VOLANTA DE PASE O CABEZAL TEMÁTICO
   Es un rótulo que sirve para identificar un tema que lleva varios días de tratamiento en los medios y que, se presupone, tendrá continuidad. Sirve, a su vez, para agrupar distintas noticias y textos encuadrables en ese tema. Por citar uno fresquito: “El conflicto con el campo”. Cuando el caudal de textos sobre un tema común es muy intenso, la volanta de pase sirve para encabezar las páginas y organizar/agruparlas (son unas pocas palabras que se ubican por encima de las volantas).